Rick Scott: EEUU está comprometido a luchar por la democracia en América Latina

February 20, 2020

El Nuevo Herald
Op-ed: Sen. Rick Scott
February 19, 2020

Durante el Estado de la Unión, el presidente Donald Trump reconoció al presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, y luego lo recibió en la Casa Blanca para una visita de Jefe de Estado. Fue un momento significativo, dado el ambiente partidista Washington, el tener apoyo casi universal y bipartidista para el presidente Guaidó.

El suceso también subrayó el compromiso con una futura América Latina no plagada de déspotas como lo son Nicolás Maduro, Raúl Castro y Daniel Ortega. Para aquellos de nosotros que abogamos por la importancia que América Latina tiene para los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos, esto renueva la esperanza de que la región finalmente pueda ser una prioridad en la agenda de política exterior.

Históricamente, América Latina no ha sido una prioridad. Los medios ignoran por completo los eventos importantes en la región, aún cuando pueden tener un impacto directo en nuestra seguridad nacional. Si bien se ignora a América Latina, los intereses antiamericanos entienden bien las ramificaciones de nuestra apatía y trabajan diligentemente para ganar fuerza en nuestro hemisferio.

La alianza Habana-Caracas es una que ha alentado a Hezbolá, y a países como China, Rusia e Irán, a convertir a Venezuela en un narcoestado y un refugio para el crimen organizado, así como un centro para la movilización antiamericana. El odio compartido hacia Estados Unidos, combinado con una creciente huella financiera en la región, es una combinación peligrosa para Estados Unidos. Tenemos que prestar atención.

Las crisis que enfrentamos en América Latina pueden parecer conflictos aislados y parroquiales en un lugar lejano, pero la realidad es que estas crisis eventualmente llegan a nuestras fronteras. Cada vez que hay inestabilidad política, social o económica, desastres naturales o crecientes dictaduras en la región, el flujo de inmigrantes por causa de alguna crisis, además de los efectos devastadores en las familias afectadas, crea presión en nuestro sistema de inmigración y recursos. Es una realidad geopolítica que requiere, desde un simple análisis de costo-beneficio, un mayor compromiso con la estabilidad de la región.

La mayoría de los problemas en América Latina están directamente relacionados con el régimen cubano. La opresión de su propio pueblo es suficientemente mala, pero la constante influencia de Cuba en América Latina crea problemas reales para Estados Unidos.

El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, dijo que “la dictadura en Cuba se ha pasado por alto por demasiado tiempo, y ahora es el momento para que la comunidad internacional trate a Cuba como la dictadura despiadada que es”.

Luego agregó que “resolver los problemas asociados con Venezuela también significa lidiar con la dictadura cubana. Los cubanos han estado interviniendo en Venezuela durante años, administrando actividades de inteligencia, impartiendo capacitación de torturas y administrando el sistema de registro civil”.

La Administración Trump recientemente endureció las sanciones contra Cuba y tomó medidas concretas tanto en la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton como en el Título IV, que niega las visas a funcionarios corporativos extranjeros involucrados en el tráfico de propiedades robadas. La comunidad internacional está comenzando a recibir el mensaje. La compañía española Meliá, cuyo CEO tiene prohibido entrar a Estados Unidos, fue la primera en comprender que ahora hay consecuencias por colaborar para apuntalar dictaduras salvajes en este hemisferio.

En los últimos meses, hemos visto historias de la continua opresión de Nicolás Maduro al pueblo de Venezuela y la violencia de Daniel Ortega en Nicaragua. Funcionarios venezolanos fueron atrapados entrometiéndose en los asuntos políticos de Bolivia y Chile. Argentina está nuevamente en manos de quienes apoyan a dictadores y se opuso a Estados Unidos. Antes de su elección, el presidente electo argentino se reunió con funcionarios rusos y chinos con la esperanza de convertirse en socios más fuertes para ayudar a Argentina a salir de su actual crisis económica. El presidente electo también envió un mensaje de agradecimiento a Maduro después de las elecciones. Todos estos son indicadores preocupantes sobre la dirección en la que se dirige Argentina.

Después de que el presidente boliviano Evo Morales intentó eludir la Constitución que no permite la reelección de un presidente luego de dos períodos consecutivos, el pueblo se levantó y dijo: “¡BASTA!” Pero incluso ahora, Morales, con el apoyo del gobierno mexicano, está planeando su regreso y activamente socavando el nuevo gobierno y sus elecciones. Nuevamente, la relación política entre Castro, Maduro y Morales es fuerte, al igual que su relación financiera con China y Rusia.

Algunos pueden catalogar el historial de Estados Unidos en los asuntos latinoamericanos como incoherente. Y nadie aboga por una intervención directa en la región. Pero si debemos de aprender de los éxitos para que sirvan de guía, como lo es el Plan Colombia.

Debemos ser claros sobre las amenazas y comprender su origen, así como su efecto sobre el flujo de migrantes hacia nuestra frontera, el flujo de drogas hacia nuestro país y la creciente influencia de actores antiamericanos en nuestro hemisferio.

El grado en que nuestra política exterior realmente refleje un compromiso con la libertad, la democracia y los derechos humanos en la región tendrá un impacto directo en la estabilidad de nuestro hogar.

Rick Scott es el senador (R) federal de la Florida. Fue gobernador del estado del 2011 al 2019.